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domingo, 8 de noviembre de 2015
sábado, 24 de octubre de 2015
Viaje de Nueva Granada a China y de China a Francia de Nicolás Tanco Armero
Reseña. Viaje de Nueva Granada a China y de China a Francia
Los viajeros encontraran en este libro una guía que no les dejará extraviar, y un cicerone que con variada y amena erudición les irá instruyendo en su camino, señalándoles los sitios notablemente celebres, las inscripciones de curiosa arqueología y de interés histórico; los usos, costumbres y civilización de los pueblos que se encuentran en este largo itinerario. Ahorraran, además, lo que no es poca ventaja tiempo y dinero, no ejercitaran la paciencia, evitaran sinsabores, molestias y contrariedades que son siempre el sequito de todo aprendizaje. Viaje de Nueva Granada a China y de China a Francia hace un recorrido en tres secciones: la primera comprende Nueva Granada, San Thomas, Jamaica, La Habana, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Malta, Egipto y Ceilán; la segunda; China y la tercera está consagrada al regreso de Tanco Armero a Francia por Palestina.
Apresurémonos a conocer este famoso imperio de China ahora que la novedad nos convida y que la ocasión se presenta.
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Viaje de Nueva Granada a China y de China a Francia
Autor: Nicolás Tanco Armero
Editorial: Fondo Editorial Universidad Eafit
Edición: Primera Colección Rescates, 2013
Formato: Libro
Rústica, 15 x 21.5 cm
529 páginas
Peso: 0.743 kg
ISBN: 9789587201857
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Tomahttp://www.librosyeditores.com/tiendalemoine/ciencias-sociales-y-humanas/3234-viaje-de-nueva-granada-a-china-y-de-china-a-francia-9789587201857.htmldo de;
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Recorrer el mundo en el siglo XIX en nada se parecía a lo de hoy. Los viajeros solían vivir tantas peripecias y descubrir culturas tan desconocidas que al volver a casa era casi obligatorio sentarse a escribir un libro. Estas crónicas eran la única manera de conocer cómo vivían otros pueblos, cuando la comunicación era virtualmente inexistente. Los destinos, entonces idealizados y apartados, eran casi siempre los mismos: Italia, España, Alemania y, por supuesto, Francia. Ocasionalmente alguno se aventuraba a Grecia o a Tierra Santa. Pero muy pocos viajeros llegaron tan lejos como Nicolás Tanco Armero, un cazafortunas que se convirtió en el primer colombiano en pisar tierras chinas.
El colombiano que descubrió China
A propósito de la visita del presidente Santos al Imperio Celestial, esta es la historia del aventurero que hace 160 años se convirtió en el primer colombiano en llegar a Asia.
Recorrer el mundo en el siglo XIX en nada se parecía a lo de hoy. Los viajeros solían vivir tantas peripecias y descubrir culturas tan desconocidas que al volver a casa era casi obligatorio sentarse a escribir un libro. Estas crónicas eran la única manera de conocer cómo vivían otros pueblos, cuando la comunicación era virtualmente inexistente. Los destinos, entonces idealizados y apartados, eran casi siempre los mismos: Italia, España, Alemania y, por supuesto, Francia. Ocasionalmente alguno se aventuraba a Grecia o a Tierra Santa. Pero muy pocos viajeros llegaron tan lejos como Nicolás Tanco Armero, un cazafortunas que se convirtió en el primer colombiano en pisar tierras chinas.
El aristócrata bogotano, hijo del último ministro de Hacienda de Simón Bolívar, se había metido en problemas con el gobierno liberal de José Hilario López y resolvió buscar fortuna en otros lugares. En 1853, con apenas 21 años, dejó la Nueva Granada y comenzó una travesía que le conduciría a Jamaica, Francia, Egipto y Ceilán (hoy Sri Lanka), antes de recalar en Hong Kong.
Los detalles de su apasionante periplo quedaron grabados en las páginas de Viaje de Nueva Granada a China y de China a Francia. El punto central de su relato fue el tiempo que pasó en el Imperio Celestial, un "país vedado por tantos años a la luz de la civilización".
Tanco viajaba sin un rumbo fijo, pero uno de sus primeros destinos marcó el resto de su itinerario. En Cuba, entonces todavía colonia española, varios empresarios le encomendaron una misión muy rentable: traer mano de obra china a las plantaciones azucareras de la isla. Así que, dos años y una decena de países después, llegó al puerto de Hong Kong.
Mientras intentaba reclutar coolies, Tanco llenaba sus cuadernos de viaje con detalles de la cultura que tanto lo había maravillado: las cabezas rapadas y trenzas largas de los hombres, las almohadas de madera o las leyes que prohibían el matrimonio entre músicos y comediantes. "Es un hecho digno de observación que casi no hay acto en la vida que los chinos no ejecuten exactamente al revés de nosotros", concluye.
Los extranjeros solamente tenían permiso para visitar cinco puertos chinos. Al colombiano, sin embargo, le producía mucha curiosidad ver cómo era la vida "China adentro". "Los europeos se hallan encerrados en un cuadrito y ¡ay del que se atreva a pasar los límites! que será destrozado por los habitantes, que no pueden tolerar la visita de los 'fanguais' o diablos de Occidente", escribe.
Pero Tanco logró convencer a un misionero británico que aceptó guiarlo con la única condición de que se disfrazara. "Me fue preciso acceder a esta justa exigencia. No sin gran pena, pues tenía que raparme la barba y la cabeza", relata. También tuvo que usar unos pantalones bombachos, una saya y zapatos de madera.
Durante la excursión una multitud intentó apedrearlos. En medio de sus nervios, Tanco sacó una pistola e hirió a sus perseguidores. La muchedumbre se abalanzó sobre ellos y los capturó para llevarlos ante el virrey de Fuzhou. Los dos hombres temían por sus vidas: "Cuando se trata de ser cruel, los asiáticos lo son en superlativo grado". Pero se libraron de esa suerte gracias a los oficios del cónsul inglés.
El frustrado comerciante decidió emprender el viaje de regreso. Acababa de estallar la Segunda Guerra del Opio y era una locura permanecer allí. Finalmente arribó a Bogotá en 1860, siete años después de haber partido. Pero no pudo quedarse mucho tiempo. Luego de casarse, organizó dos viajes más, en compañía de su esposa, a Filipinas, Indonesia, China y Japón. Ya no era un muchacho en busca de su destino, sino un trotamundos, el primero del país.
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Tomado de;
GENTE | 2012/05/05 00:00
http://www.semana.com/gente/articulo/el-colombiano-descubrio-china/257526-3
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...http://www.lajiribilla.co.cu/2010/n456_01/ellibro.html
Nicolás Tanco Armero y el "El equipaje amarillo" de la escritora cubana Marta Rojas
Armando Moreno Sandoval
De nuevo, la novela "El equipaje Amarillo" de la escritora cubana Marta Rojas, ha sido publicada en mandarín. Es su cuarta edición. La novela gira alrededor Nicolás Tanco Armero. Un colombiano con raíces tolimenses hondanas, quien, a sus 21 años viaja a Cuba después de pagar tres meses de condena en una cárcel bogotana. Por supuesto, que son los tiempos del Nuevo Reino de Granada.
Tras una estadía de tres años en la isla —desde el 6 de enero de 1852 hasta el 25 de febrero de 1855— Tanco Armero sale para Europa para luego embarcarse a la China. Viaja como agente comercial con el único propósito de importar chinos como esclavos y, así, suplir la recién liberada mano de obra esclava africana en las plantaciones de azúcar y café.
Si los chinos acaban de hacer otra edición, pienso que, Marta Rojas, se ha ganado un sitial en la Ciudad Prohibida junto a su primo y hondano Félix Manuel Tanco y Bosmeniel, Zheng He, Brunilda, el sabio señor Lu, María Cristina Luango, Rosa Laguna, Fan Ni y Carlos Ascona, personajes estos que recorren casi las 300 páginas de su novela.
Orquestar voces con sus respectivas mentalidades es lo que hace que Marta Rojas, a mi entender, atrape al lector desde el comienzo. Pues dichas mentalidades no solo están atrapadas en su propio tiempo histórico sino, que, también lo están en su propio tiempo antropológico.
Estos dos tiempos es lo que hace que la novela sea a la vez un palimpsesto y caleidoscopio de culturas que dialogan desde su propia mentalidad o a lo largo de sus singulares tiempos históricos. Es el retrato que hace magistralmente de Nicolás Tanco, pues, a través de él, apreciamos una mentalidad que en algunas pasajes de su vida se vuelve comprensivo, huraño e impositivo hacia el otro. Aunque el personaje cobra relevancia a lo largo de la novela por su posición y oficio dentro de la sociedad de la época, una voz subalterna, como la de su sirviente chino Fan Ni, emerge con fuerza generando un equilibro intercultural.
Es más, lo que se percibe también es un dialogo intercultural representado a través de estos dos personajes.
El Equipaje Amarillo en mandarín |
Dialogo y equilibro intercultural que es complementado, aunque con poca fuerza, con otras expresiones culturales como las que recrean el mito del Moján, el hechizo, los tambores y las flautas. Que en otras palabras no es más que la expresión y el aporte de las culturas caribeñas y africanas al palimpsesto y caleidoscopio que señale pero que, al final de cuentas, son estas culturas las que terminan tomando relevancia.
Si el lector es acucioso, no es la cultura de Nicolás Tanco la que se impone (blanca, educada, de comportamientos refinados, de buenas maneras en la mesa y en el vestir, etc.), pues, su cultura prácticamente termina en el exilio y en una pequeña nota de periódico que, por cosas del azar, es rescatado del olvido. Sin lugar a dudas son las culturas subalternas (sobre todo la africana negra, y en menor proporción la china) las que terminan imponiéndose.
Pienso que esa voz en tercera persona que recorre toda la novela organizando las vidas y los diálogos de los personajes, al hacer mención del testimonio de Carlos Ascona, el hijo de Fan Ni con Rosa Laguna, nos dice que ese encuentro intercultural es la síntesis antropológica de lo que construyó la sociedad cubana desde mediados del siglo XIX hasta lo que va del siglo XXI. Pues lo que expresan esos personajes más que un choque es un dialogo de culturas que, por supuesto, terminó pariendo novísimos tiempos históricos y antropológicos.
Y todo por un colombiano que prefirió empacar maletas y huir de una sociedad que lo tenía harto y fastidiado.
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viernes, agosto 28, 2015
Tomado de;
http://letrasenelojo.blogspot.com.co/2015/08/nicolas-tanco-armero-y-la-novela-el.html
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Sobre ; Félix Manuel Tanco y Bosmeniel
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/articles-113109_archivo.pdf
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Sobre ; Félix Manuel Tanco y Bosmeniel
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/articles-113109_archivo.pdf
...http://www.lajiribilla.co.cu/2010/n456_01/ellibro.html
viernes, 31 de julio de 2015
Honda, en la crónica "El benjamÍn" de Sandra Botero
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"Una de esas instituciones fue el Camilo Torres, donde conoció compañeros de diferentes estratos. Y amigas, pues antes sólo había estudiado en colegios masculinos.
–Siempre he sido entrador, hago amigos donde voy. En el Camilo me fue muy bien con las viejas. Antes sólo había tenido experiencia con una prostituta que me pagó mi papá, en Honda, Tolima. Un día me dijo que nos íbamos los dos solos a un paseo. Se me hizo muy raro, y resultó ser para eso. Pero ya luego yo hice mis propias amigas, muchas, y eso que vivía con la cara raspada porque me caía por las trabas; pero aun así tenía éxito. Y en ambientes de trago y drogas, ellas lo daban fácil."
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Tomado de:
http://www.elmalpensante.com/articulo/229/el_benjamin
lunes, 25 de mayo de 2015
Honda, cuna de la literatura tolimense por Armando Moreno Sandoval
Armando Moreno Sandoval
.Si en algo se ha caracterizado el Norte del Tolima es por la palabra escrita. Pensar que tal o cual municipio es la cuna de la intelectualidad es, sin lugar a dudas, cosa de tontos. Todos los municipios a su manera, y de acuerdo a su tiempo social e histórico, han aportado su grano de arena. Recordar, por ejemplo, al poeta Diego Fallón, oriundo de Falán, es algo que nos llena de orgullo. Los críticos literarios coinciden en señalarlo como uno de los grandes poetas que dado la nación colombiana.
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Ni que decir de los escritores, historiadores y poetas que dado el municipio cafetero de El Líbano. El escritor Carlos Orlando Pardo, entre chiste y verdad, decía que el municipio que tenía más escritores por metro cuadro era El Líbano. Para tener una idea de lo que ha dado esa tierra en materia de hombres de letras, basta recordar al intelectual, historiador y escritor Eduardo Santa y darnos así una idea de su grandeza.
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No obstante, si nos preguntáramos por el inicio de la literatura tolimense no cabe duda que más de un individuo pensaría que podría estar en el mismo Líbano. Desafortunadamente no es así. El Líbano es un municipio demasiado joven. El Tolima tiene otros centros urbanos cuya ocupación española datan casi desde hace medio milenio de años como son Honda y Mariquita.
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Esa temporalidad y ese estatus de pueblos mayores que da el peso del tiempo fue lo que permitió que Honda en el siglo XIX fuese un hervidero de ideas. Sorprende, y duele decirlo, que en el siglo XIX en el puerto de Honda circularan y se publicaran más periódicos que hoy en día. Una mirada desprevenida en la sala Anselmo Pineda de la Biblioteca Nacional nos lleva a corroborar que en Honda en el año de 1857 se imprimía y editaba “El Vapor”; que entre 1878-1879 existía el quincenal “La Voz del Tolima”; en 1879 “El Día” y que en 1899 se leían “El Gualí”, “El Salto” y “La Voz del Pueblo”. Tradición que por supuesto no se perdería con la llegada del siglo XX, pues para ese siglo, a comienzos de el, encontramos “El Motor”, un periódico que tenía la particularidad de difundir las huelgas que se llevaban en el Ferrocarril de La Dorada y en los buques a vapor que surcaban el río Magdalena. Pero, lo que más sorprende es que ese periódico lo hacían circular por todos los rincones del norte del Tolima bien sea a través del ferrocarril o el cable aéreo, o, a lomo de mula para los rincones más apartados.
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Esta tradición periodística e intelectual fue lo que permitió que en Honda, por cosas del destino, se diera luz a la primera novela que tenga noticia la narrativa tolimense. El profesor, escritor e intelectual Libardo Vargas —experto en historiografía literaria—señala que no bastó que allí se engendrara la novela sino que fuese también un hondano quien la escribiera. Se trata de José Antonio de Plaza, un personaje que además de haber sido escritor pudo intercalar este oficio con la de historiador y político. Pues, en 1829 ejerciendo el cargo de gobernador de Honda lo encontramos dando la orden para levantar de nuevo el puente sobre el río Gualí que había sido derribado por el terremoto de 1805.
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Para honrar su memoria sólo nos queda recordar que su novela “El oídor, romance del siglo XVI”, editada en 1850 y siete años antes de su muerte, es, hasta que no se demuestre lo contrario, la primera novela tolimense. Si bien, lo que hace Antonio de Plaza es recrear un triángulo amoroso entre el marido, la mujer y el enamorado, el merito está en que este escritor había hallado en la novela “El Carnero” de Rodríguez Freyle el filón que le sirvió para sacar el tema de su novela y que muchos años después los escritores colombianos tendrían en cuenta para desarrollar su narrativa. O, para decirlo sin tanto rodeos, que con el hondano José Antonio de Plaza se inicia la moderna narrativa colombiana.
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Tomado de:
http://letrasenelojo.blogspot.com/2008/05/honda-cuna-de-la-literatura-tolimense.html
Honda, en una obra de Fernando Vallejo
Caratula del libro
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El escritor colombiano Fernando
Vallejo, es considerado como uno de los grandes en América, por su estilo, para
algunos posee un estereotipo que rayan lo vulgar, para otros un gran
panfletario al estilo de José María Vargas Vila, pero a otros les parece
divertido y muy juicioso en su prosa. Pero lo que nos trae a colación de la
obra de Fernando Vallejo es la mención que él hace en su libro “El Cuervo
Blanco”, Alfaguara. Bogotá. 2012, una impresionante narración sobre Rufino José
Cuervo, un gramático quien siendo autodidacta, según Vallejo, un genio de la
perfección del castellano. Transcribimos apartes en lo que refiere a esta
ciudad.
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Fernando Vallejo
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“Salieron pues los dos
hermanos de Bogotá a la una de la tarde después de un fuerte aguacero, y luego,
a caballo, fueron rezando el rosario de las estaciones; Facatativá, Funza,
Villeta; Guaduas, Pescaderías y Caracolí donde tomaron un vaporcito que los
llevó por el río Magdalena hasta Barranquilla donde se embarcaron para Europa
en un trasatlántico, el Amérique”. Pág. 94
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“No irían Uds, por
Honda cuando ya el público decía que la cerveza había desmejorado”. Pág. 109
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“Partían las nobles
cartas de El Havre, Saint Nazaire o Burdeos en trasatlánticos, desembarcaban en
Sabanilla, Colombia, donde tomaban un vapor que las llevaba por el Magdalena
hasta Honda, donde tomaban mula para subir a la altiplanicie y listo, aquí nos
tienen en Bogotá la Atenas suramericana. Mes y medio. ¡Cómo no iban a guardar
las cartas con semejante viaje!. Pág. 136
VALLEJO Fernando. El
Cuervo Blanco. Alfaguara. Bogotá. 2012.
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jueves, 7 de mayo de 2015
Honda, en una obra de Tomás González
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La obra del escritor
colombiano Tomás González está dando mucho que leer, hasta el hecho que se ha
convertido en un fenómeno literario de obligatoria lectura para principiantes y
conocedores, no solo de Colombia sino en el mundo. Pero lo que nos trae a colación
de la obra de Tomás es la mención que él hace en el libro “Para antes del
olvido”, obra ganadora del 5 premio nacional de novela Plaza & Janes en el
año de 1987, de la ciudad de Honda, y siendo respetuoso de su obra,
transcribimos apartes en lo que refiere a esta ciudad.
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Envigado 1977. “Josefina,
acostada en su cama, recuerda con vivacidad la remota imagen de tres sauces
altos mecidos casi por la luz del sol (porque no había) balanceándose por
siempre en aquella lejana tarde, cuando él la beso bajo su sombra. De Honda le
llegaría después un poema en que se hablaba de un pomar y se mencionaban unas
rosas que no hubo”. Pág. 13
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Río Magdalena, buque “Eloísa”
1913. “No había ser humano capaz de pasar cerca a Alfonso y no enredarse en una
conversación pequeña o grande. Después de beber el brandy que le ofrecía el
muchacho, el hombre silencioso y lejano de por sí, terminó contando que venía
de Honda, donde había trabajado tocando valses vieneses, e iba para Medellín,
donde esperaba encontrar trabajo en lo que fuera”. Pág. 18
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“El vapor subía
despacio por el río. Se oían los pájaros haciendo bulla en la selva, se veían
pasar bandadas de garzas blancas en medio de un inmenso atardecer. Estaban
sentados en la cubierta mirando hacia el agua. Virginia Fábregas era grande y
hermosa; tenía manos grandes, ojos grandes, dientes muy blancos y unos senos grandes y seguramente muy
blancos. Era directora de la farándula española que se encontraba en Honda
representando comedias picantes, y venía de Puerto Berrio donde había intentado
un contrato para su grupo”. Pág. 19
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Río Magdalena, buque “Eloísa”,
1913. “Una vez sentados en el cómodo vagón de primera se sintieron momentáneamente
felices. Sin embargo, a pesar del ajetreo, falsos arranques, marchas y
contramarchas, el tren no decidía a partir. El perfume caliente que la señora
Fábregas removía de su pecho con el abanico aletargó a Alfonso, que cayó
dormido en el ancho regazo de la actriz. Más tarde un pasajero abrió un huevo
duro y su aroma, hediondo y tropical, se mezcló con el de la española y le
inundó el sueño con hálitos de pantano, flores corruptas e imágenes de iguanas
y caimanes. Despertaría horas después despeinado, sin sombrero y con la cara
arrugada y llena de sudor. El tren estaba en Honda.
Alfonso y la señora
Fábregas se alojaron en el Hotel América, donde se hospedaba el resto de la farándula.
Los actores vieron entrar a Virginia con un jovencito alto, de frente amplia,
muy seguro de sí mismo. Las actrices menores cuchichearon. Virginia Fábregas lo
presentó como periodista montañés y las actrices, con cierto revuelo pues conocían
a su directora, comentaron sin rodeos la impresión que les daba el muchacho. Se
oyeron expresiones con acento de ultramar; “¡Pero que guapo está!” “¡Vaya, que
Virginia se las trae!”, pero Alfonso no tambaleó ante el cerrado examen. Con
movimientos de hombre de mundo hizo su reservación, se despidió de la Compañía y
subió con la maleta a la habitación. Llevaba en el bolsillo un boleto de cortesía
para la función de la noche”. Pág. 33
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“La representación se
llevó a cabo en un teatro caliente que olía a polvo y madera. Cuando
aparecieron las primeras actrices, el pueblo, que estaba agolpado atrás, en el
gallinero, se puso obsceno y gritón e hizo reventar una pequeña pelea a
botellazos que la policía debió aplacar con alguna violencia. Alguien soltó un
chiste en voz alta y el teatro entero se rio. Todo finalmente se calmó y
comenzó la obra”. Pág. 34
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.GONZALEZ Tomás. Para antes del olvido. Plaza & Janes. Bogotá. 1987
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Tomás González es uno de los narradores colombianos más prestigiosos. Foto: León Darío Peláez / Semanahttp://www.semana.com/cultura/articulo/parricidio-frente-al-mar/358288-3
domingo, 12 de abril de 2015
Alejandro Agudelo y sus escritos
Natural de Honda. Publicó lo siguiente:
Programa para la enseñanza de la Medicina legal en las universidades de la República, formado por el doctor A. Agudelo, y aprobado por la Dirección general de Instrucción pública. Bogotá. Imprenta de Nicolás Gómez. 1845. 164 páginas.
Ortografía razonada de la lengua hispano-americana, ordenada en diálogo, por A. Agudelo. Bogotá. Imprenta de El Neo-Granadino. 1857. 79 páginas.
Manual de comerciante. Traducción del francés, por A. Agudelo. Bogotá. Imprenta de El Neo-Granadino. 1857. Vol. de 103 páginas y una lámina.
Lecciones de música, precedidas de una introducción histórica, seguidas cada una de su respectivo programa y acompañadas de láminas litografiadas. Obra puesta al alcance de los aficionados de ambos sexos, y adecuada, por su método, para el estudio y enseñanza de este hermoso ramo de las bellas artes, por A. Agudelo. Bogotá. Imprenta de Pizano y Pérez. 1858. 104 páginas y 10 láminas.
Filosofía fisiológica del cerebro. Estudio experimental del hombre, demostrando que sus diversas actividades son efecto de su organización. Bogotá. Imprenta de Gaitán. 1872. Vol. de 274 páginas ( A. Agudelo).
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.Tomado de:
http://www.banrepcultural.org/node/64114
sábado, 11 de abril de 2015
Confesiones de un Medico Mediocre un libro de Rafael Motta Salas
En el año de 1960 el Medico Huilense Rafael Motta Salas termina de escribir su libro "Confesiones de un Medico Mediocre", novela corta, con cinco pequeños capítulos, un libro digerible en una o dos horas de acuerdo al gusto del lector.
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El Medico Rafael fue un excelente galeno en la ciudad de Honda, durante su tiempo de pertenencia, hasta el hecho de liderar procesos como el traslado del sSan Juan de Dios, ubicado en la antigua Iglesia Sagrado Corazón de Jesús (En la actualidad ruinas del Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas), a las nuevas y modernas instalaciones donde se encuentra hoy el Hospital San Juan de Dios, en una parte alta, segura, y confiable como lo es el Barrio La Aurora.
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De ahí que encontrar esta joya literaria de un Medico, quien escribía, es sorprendente. El léxico usado en el libro es técnico y normal, lo que hace que su lectura sea entendida por todos.
Narra la historia de un amigo Medico suyo, de nombre Danilo, quien se enamora en tres ocasiones, la trama es interesante, y hace que el lector se devore rápidamente las 74 paginas de la obra.
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Llama la atención que el libro fue escrito en Honda, y hay un capitulo que hace referencia a la instancia de Danilo, el protagonista de la novela en la ciudad de Honda, capitulo que el lector encontrara en esta reseña.
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Resta solo invitarlos a leerla y divertirse.
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Capitulo Referente a Honda Tolima
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Es admirable la prosa de Rafael Motta Salas.
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MOTTA salas Rafael. Confesiones de un medico mediocre. Antares Ltda. Bogotá.1962.
74 páginas
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Para solicitarlo en la Biblioteca del banco de la República.
616.032
M67c
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Residencia donde vivio en Honda el medico Rafael Motta Salas. Calle 9 No 13 A 44 . Calle de Golupal Barrio Alto del Rosario.
(Fotografía. Tiberio Murcia Godoy. Viernes 10 de abril de 2015)
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