La obra del escritor
colombiano Tomás González está dando mucho que leer, hasta el hecho que se ha
convertido en un fenómeno literario de obligatoria lectura para principiantes y
conocedores, no solo de Colombia sino en el mundo. Pero lo que nos trae a colación
de la obra de Tomás es la mención que él hace en el libro “Para antes del
olvido”, obra ganadora del 5 premio nacional de novela Plaza & Janes en el
año de 1987, de la ciudad de Honda, y siendo respetuoso de su obra,
transcribimos apartes en lo que refiere a esta ciudad.
.
Envigado 1977. “Josefina,
acostada en su cama, recuerda con vivacidad la remota imagen de tres sauces
altos mecidos casi por la luz del sol (porque no había) balanceándose por
siempre en aquella lejana tarde, cuando él la beso bajo su sombra. De Honda le
llegaría después un poema en que se hablaba de un pomar y se mencionaban unas
rosas que no hubo”. Pág. 13
.
Río Magdalena, buque “Eloísa”
1913. “No había ser humano capaz de pasar cerca a Alfonso y no enredarse en una
conversación pequeña o grande. Después de beber el brandy que le ofrecía el
muchacho, el hombre silencioso y lejano de por sí, terminó contando que venía
de Honda, donde había trabajado tocando valses vieneses, e iba para Medellín,
donde esperaba encontrar trabajo en lo que fuera”. Pág. 18
.
“El vapor subía
despacio por el río. Se oían los pájaros haciendo bulla en la selva, se veían
pasar bandadas de garzas blancas en medio de un inmenso atardecer. Estaban
sentados en la cubierta mirando hacia el agua. Virginia Fábregas era grande y
hermosa; tenía manos grandes, ojos grandes, dientes muy blancos y unos senos grandes y seguramente muy
blancos. Era directora de la farándula española que se encontraba en Honda
representando comedias picantes, y venía de Puerto Berrio donde había intentado
un contrato para su grupo”. Pág. 19
.
Río Magdalena, buque “Eloísa”,
1913. “Una vez sentados en el cómodo vagón de primera se sintieron momentáneamente
felices. Sin embargo, a pesar del ajetreo, falsos arranques, marchas y
contramarchas, el tren no decidía a partir. El perfume caliente que la señora
Fábregas removía de su pecho con el abanico aletargó a Alfonso, que cayó
dormido en el ancho regazo de la actriz. Más tarde un pasajero abrió un huevo
duro y su aroma, hediondo y tropical, se mezcló con el de la española y le
inundó el sueño con hálitos de pantano, flores corruptas e imágenes de iguanas
y caimanes. Despertaría horas después despeinado, sin sombrero y con la cara
arrugada y llena de sudor. El tren estaba en Honda.
Alfonso y la señora
Fábregas se alojaron en el Hotel América, donde se hospedaba el resto de la farándula.
Los actores vieron entrar a Virginia con un jovencito alto, de frente amplia,
muy seguro de sí mismo. Las actrices menores cuchichearon. Virginia Fábregas lo
presentó como periodista montañés y las actrices, con cierto revuelo pues conocían
a su directora, comentaron sin rodeos la impresión que les daba el muchacho. Se
oyeron expresiones con acento de ultramar; “¡Pero que guapo está!” “¡Vaya, que
Virginia se las trae!”, pero Alfonso no tambaleó ante el cerrado examen. Con
movimientos de hombre de mundo hizo su reservación, se despidió de la Compañía y
subió con la maleta a la habitación. Llevaba en el bolsillo un boleto de cortesía
para la función de la noche”. Pág. 33
.
“La representación se
llevó a cabo en un teatro caliente que olía a polvo y madera. Cuando
aparecieron las primeras actrices, el pueblo, que estaba agolpado atrás, en el
gallinero, se puso obsceno y gritón e hizo reventar una pequeña pelea a
botellazos que la policía debió aplacar con alguna violencia. Alguien soltó un
chiste en voz alta y el teatro entero se rio. Todo finalmente se calmó y
comenzó la obra”. Pág. 34
.
.GONZALEZ Tomás. Para antes del olvido. Plaza & Janes. Bogotá. 1987
.
Tomás González es uno de los narradores colombianos más prestigiosos. Foto: León Darío Peláez / Semanahttp://www.semana.com/cultura/articulo/parricidio-frente-al-mar/358288-3
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