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Un poco antes
de las seis
cuando el sol
asoma
entre las Tecas
se inicia
el concierto diario
de las loras,
la segunda voz
es la gutural
de algunas
guacharacas
y los agudos,imagino,
de los canarios
que a diario vienen
a comer alpiste
en la mediaguadua
que improvisamos
para poderlos ver
de cerca,
tal vez una hora
y media más tarde
La algarabía matutina disminuye y pareciera
que los cantos visitaran a los vecinos mas lejanos,
se oye
el continuo ulular
de un ave
que nunca he visto,
ladra un perro fino
y el gozque
le contesta desafiante,
el gallo invita a sus gallinas a acercarse,
al maíz
que les pusimos
al suponer un dueño
ausente siempre.
se alcanza a oír entre olores de tamal
con chocolate:
levántese mijo
esta servido
y se nos infria,
La impertinencia
de la carretera interrumpe el silencio,
pero el viento nos devuelve a la calma,
el rumor del Guali
no para nunca
y se siente su afán
de cumplir la cita
de esquina
con el Magdalena,
y sus aguas
juntas por siempre continúan prodigando frescura a lo largo
del más bello país,
hasta llegar
a rumores de olas
y sabores de sal marina.
ASDF 26/7/20
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